Brené Brown es profesora de investigación en la Universidad de Houston y una de las autoras más relevantes de la psicología e investigación social, autora de seis libros y la protagonista de una de las charlas TED más vistas del mundo. Pero lo que nos interesa de ella hoy es cómo la vulnerabilidad es capaz de cambiarnos y de cambiar la forma en que nos relacionamos.
En su libro ‘Daring Greatly’ en el que la autora explora la vulnerabilidad de una forma única, hay un capítulo entero dedicado a una de las cosas que más nos cuesta hacer y que, sin embargo, más conexión produce: pedir ayuda. La pregunta “¿puedes ayudarme?” es, a nivel psicológico y emocional, una de las más potentes, genuinas y transformadoras que se pueden hacer, y es una señal inequívoca de que tenemos inteligencia emocional de sobra.
Cómo pedir ayuda nos conecta a otras personas
Edward Deci y Richard Ryan, creadores de la Teoría de la Autodeterminación, aseguran que uno de los pilares del bienestar psicológico es el vínculo interpersonal y saber pedir y recibir ayuda es parte de ello. “La verdadera pertenencia y conexión no ocurren cuando aparentamos ser fuertes, sino cuando mostramos que necesitamos a los demás”, aseguraba Brown en su libro, y es que el momento en que alguien dice “no puedo solo” es el inicio del cambio.
En su libro la autora explica que la vergüenza nos impide pedir ayuda porque vivimos en una cultura que glorifica la autosuficiencia, que nos impulsa a solucionar nuestros problemas sin ayuda y eso provoca que pedirla, nos pueda hacer sentir débiles. “Una de las mayores barreras para la conexión es la importancia cultural que le damos a 'hacerlo solo'. De alguna manera, hemos llegado a equiparar el éxito con no necesitar a nadie. Muchos de nosotros estamos dispuestos a extender una mano amiga, pero somos muy reacios a pedir ayuda cuando la necesitamos nosotros mismos. Es como si hubiéramos dividido el mundo entre quienes ofrecen ayuda y quienes la necesitan”, explicaba en su libro.
Cuando sentimos vergüenza, una de las primeras cosas que queremos hacer es escondernos, según la experta, “pero el antídoto contra la vergüenza es la empatía, y la empatía empieza con la vulnerabilidad”. Pedir ayuda es una forma directa de vulnerabilidad que invita a la empatía. Es más, en uno de los capítulos sobre vulnerabilidad y relaciones auténticas, Brown llegaba a afirmar que abrirse a los demás con un “¿me puedes ayudar?”, genera relaciones reales y significativas.
El experto en liderazgo Simon Sinek está de acuerdo con Brown. En la conferencia Brilliant Minds 2024 recomendaba preguntar “¿puedes ayudarme?” para fomentar la confianza. “La confianza se construye cuando una persona se esfuerza por pedir ayuda, incluso cuando no quiere”, aseguraba Sinek. “Ser honesto sobre sus dificultades puede ayudarle a construir relaciones sólidas y de confianza, según escribió en CNBC Make It la investigadora en inteligencia emocional Jenny Woo. “Las personas con alta inteligencia emocional comparten abiertamente sus reveses. No temen revelar sus miedos y fracasos. Ven la vulnerabilidad como una fortaleza y un medio para construir conexiones más profundas”.
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