En plena guerra de aranceles que hace temblar a la economía global, los mercados del sector de lujo se preocupan por los movimientos y pérdidas que se originan lejos de las jugadas comerciales entre Estados Unidos y China, una prueba de ello ha sido la significativa pérdida económica que Bernard Arnault, presidente de LVMH experimentó al reducir su fortuna 13.000 millones de dólares en el primer trimestre del año, debido a la baja del 3% de las ventas de sus marcas insignia.
Este descenso marcó un hito que permitió que otra marca de moda superara a LVMH como la empresa de lujo más valiosa de Francia: Hermès se posicionó por encima de Moët Hennessy • Louis Vuitton alcanzando una capitalización bursátil de aproximadamente 248.000 millones de euros, frente a los 244.100 millones de LVMH.
La caída en las ventas de LVMH se puede atribuir a varios factores, entre ellos una disminución en el gasto de los consumidores chinos y estadounidenses, así como a la incertidumbre económica global y tensiones comerciales que afectaron la demanda de productos de lujo. Sin embargo, como parte de un escenario contrastante, Hermès ha mantenido un crecimiento ininterrumpido, respaldado por una estrategia centrada en la exclusividad, control de producción y una clientela leal de alto poder adquisitivo que, según los expertos consideran, son los verdaderos seguidores de la tendencia del lujo silencioso.
Las estrategias de Louis Vuitton para recuperar su estatus
Desde finales de 2024, Louis Vuitton ha intensificado sus esfuerzos para reafirmarse como la marca de lujo más prestigiosa a nivel mundial. Mediante innovaciones en belleza, producción estratégica y alianzas culturales, la maison francesa busca consolidar su posición en un mercado competitivo y en constante evolución.
El pasado mes de marzo se había hablado del lanzamiento de su primera línea de maquillaje, La Beauté Louis Vuitton, prevista para otoño de este 2025. Esta colección, desarrollada durante cuatro años, contará con la dirección creativa de la renombrada maquilladora Pat McGrath, quien ha colaborado previamente con la marca en desfiles y proyectos especiales.
Sin embargo, no todos sus movimientos han sido exitosos o recibidos de buena manera: en 2019, Louis Vuitton inauguró una fábrica de artículos de piel en Keene, Texas, con la intención de expandir su producción en Estados Unidos, pero la planta ha enfrentado desafíos significativos, como la escasez de artesanos calificados, altas tasas de rotación de personal y problemas de calidad en los productos.
De acuerdo a un artículo de Reuters, "Louis Vuitton tenía la intención de optimizar sus operaciones en California y transferir más artesanos cualificados a Texas, con escaso éxito hasta el momento", un resultado que veía venirse: los artesanos del cuero estadounidenses son personas independientes y orgullosas de sus raíces que de verdad valoran su oficio, y era muy difícil para ellos dejar sus propios negocios para ir a trabajar por los bajos salarios (17 dólares la hora) y los objetivos de producción de LVMH.
Además, la estrategia de Louis Vuitton de fabricar materiales de cuero en Estados Unidos le representaba una oportunidad de obtener calidad europea por salarios bajos sin tener que lidiar con la reputación de ser productos fabricados en Asia y evitar los aranceles estadounidenses, sin embargo, esa lógica simplemente se vino abajo.
Foto de Olena Kamenetska en Unsplash | roztechs
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