Carlos Pérez
EditorHugh Jackman y Deborra-Lee Furness se enfrentan a uno de los divorcios más comentados del año, no solo por lo que fueron como pareja (27 años de amor discreto y admiración pública), sino por el patrimonio que ahora tienen que dividir. Y en el centro del reparto destaca una joya inmobiliaria que ha despertado la atención del mercado de lujo: su espectacular tríplex en Nueva York, valorado en casi 40 millones de dólares, según revela Vanitatis.
La vivienda, situada en la exclusiva zona de West Village, es mucho más que una propiedad: es un símbolo del éxito compartido y de una vida familiar consolidada en Manhattan. El tríplex se extiende a lo largo de los pisos octavo, noveno y décimo de un edificio diseñado por el prestigioso arquitecto Richard Meier, con vistas al río Hudson, más de 1000 m² y un diseño minimalista y diáfano. Su valor actual ronda los 40 millones, lo que lo convierte en uno de los activos más valiosos del patrimonio común, tal como señala la publicación española.
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Jackman compró esta propiedad en 2008 por 21 millones de dólares. Según publicó People, Deborra-Lee adquirió en mayo el 50 % del inmueble por 11,7 millones, apenas dos días antes de presentar la demanda de divorcio. Esta maniobra estratégica le ha asegurado una posición fuerte en la negociación, dejando claro que, aunque el proceso está siendo amistoso, también está muy calculado.
Ambos han optado por dividir sus bienes fuera de los tribunales, lo que ha sido interpretado como señal de un divorcio pactado, aunque emocionalmente complejo. Al parecer, la vivienda de Nueva York fue durante años el epicentro de su vida: allí criaron a sus hijos Oscar y Ava, recibieron a amigos de Broadway y hasta instalaron un estudio de danza para que Hugh entrenara sus coreografías.
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Mientras Jackman ha comenzado una nueva etapa residiendo en otro inmueble de Chelsea, donde ha sido visto junto a la actriz Sutton Foster, su ex ha optado por quedarse en los Hamptons. Según The Daily Beast, el patrimonio total que está siendo repartido asciende a unos 387 millones de dólares, incluyendo propiedades en Estados Unidos, Australia y Reino Unido, además de fondos, pensiones y coberturas familiares.
Así, el tríplex de Nueva York no es solo una casa de lujo: es un escenario emocional cargado de historia. Con su diseño de cristal y vistas al Hudson, se convierte también en metáfora del final de una historia luminosa y elegante. El divorcio entre Hugh Jackman y Deborra-Lee está marcado por el respeto, pero también por la inteligencia legal, en un reparto que evita titulares escandalosos, pero deja claro que incluso los finales 'felices' también pasan por el notario.
Fotos | Inmobiliaria Realtor / Gtres
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